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El término 'Latinx' siempre me ha interesado.
Me da pena admitir que cuando lo vi por primera vez en mis redes sociales, pensé que alguien había cometido un error. No había estado expuesto al mundo de lenguaje inclusivo para todos los géneros, ni pensé de la posibilidad de que los cambios vistos en mi segundo idioma, el inglés, se han traducido a mi primero, el español.
Pareciera que no fui el único.
Una encuesta a través del Pew Research Center del diciembre de 2019, donde más que 3.000 hispanos fueron preguntados si usaban el término, solo el 3 por ciento de los encuestados dijeron que sí. Tres cuartos de ellos nunca lo habían escuchado.
Las razones por su uso o su omisión son, claro, variadas.
Algunos dicen que su existencia como un término neutral ayuda a romper el binario de género en el idioma y provee una manera para los que pertenecen a comunidades hispanohablantes con un término con cual ellos pueden identificarse, especialmente los que usan personalmente pronombres neutrales de género.
Otros piensan que el término no funciona porque está en conflicto con el género gramatical en español, o que representa un anglicismo innecesario del español impuesto sobre hispanohablantes por los que no son hispanos o tienen raíces en latinoamérica.
Algunos prefieren el uso de 'Latine' porque fluye más fácilmente cuando hablando español, mientras sirviendo el mismo propósito que Latinx. Otros piensan que ninguno de los dos términos se deben usar.